domingo, 14 de junio de 2015

Peleas en los bares

Hay veces que incluso para mí las cosas se ponen feas: anoche salí de fiesta, puse celoso al cromañón novio de una rubia y me busqué una pelea. Pero no estáis leyendo el blog de un borrachín pendenciero, no. Por eso os voy a contar de qué manera evité la pelea, quedé como un señor, y logré que el maromo se disculpara conmigo delante de sus amigos y su novia. ¿Queréis saber cómo?

El maromo y yo antes de empezar a pelearnos

Imaginaos la escena para entrar en situación, estoy seguro de que todos habréis vivido algo parecido: un bar de moda (mentira, yo no voy a esos sitios) en pleno centro de Madrid, abarrotado hasta los topes, una música insufrible y una barra dónde 4 camareros tienen que lidiar con 500 personas pidiendo a la vez. 

Y en medio de todo ese caos nocturno estoy yo, es decir Holden: el tipo que nunca pierde la sonrisa. Me encuentro intentando abrirme paso a la primera fila de la barra para pedir un par de cervezas mientras la turba me trabaja el lomo a base de codazos desinteresados y con poca intención.

Y total, que hay una rubia pagando y lista para irse. Esta es la mía, pensé. Así que me acerco a ella por detrás con la mejor de las intenciones y una sonrisa amistosa y le hablo muy cerca de la orejita para hacerme oír entre el ruido.

-Perdona, cuando hayas pagado y te vayas, ¿te imputaría cederme tu sitio en la barra? Es que me toca a mí pagar las cerves, ya sabes.-

Ella me sonríe y automáticamente me deja un poquito de hueco para que me vaya acodando en la barra. Y mientras intento ponerme cómodo entre la mugre y la bebida derramada, recibo la señal universal de que alguien busca problemas: TAP, TAP. Dos golpecitos firmes e impacientes con la palma de la mano en mi hombro.

-Esa es mi novia. No te pases ni un pelo.- me dice una montaña de carne embutida en una sudadera granate.

Yo  ni me molesto en hablarle. Automáticamente me doy la vuelta y me dirijo de nuevo a su novia. SU: pronombre posesivo más que nunca ya que ahora no son novios, sino que ella le pertenece. Son las reglas de la prehistoria: él le dio primero con un garrote en la cabeza, no puedo robársela. 

-¿Sabes? Al parecer me estoy buscando que me partan la cara.- le digo con la sonrisa más burlona que soy capaz de poner.

-¿Cómo?- No lo dice intentando averiguar cuál es mi método para lograr que me partan la cara, sino sorprendida. Ya os lo imaginabais, supongo. 

-Sí, mira. Resulta que tu novio acaba de venir a por mí totalmente celoso para que no me acerque a ti.- y en sus ojos la vi: viva y removiéndose inquieta, allí estaba la vergüenza ajena. Hay pocas cosas que le molesten más a una mujer adulta que el hecho de que alguien crea que no es capaz de cuidarse sola. 

No me dijo nada, recogió sus bebidas y se fue directamente a por su novio. SU: pronombre posesivo que implica problemas inmediatos. Y mientras una novia avergonzada se le acercaba para pedirle explicaciones me vio a mí de fondo: me estaba partiendo de risa soltando tal carcajada de bruja, que hizo que mis amigos vinieran a comprobar si me había terminado de volver loco de remate.

Escena que ilustra a la perfección la situación que evité con diligencia y don de gentes.

-¿Qué pasa?- me preguntan mi novia y un amigo casi al unísono. Todo el que me conoce sabe que cuando el zorro se ríe, algo trama. Total, que les cuento la escenita y les saco una risa. Y además les cuento la maldad que se me acababa de ocurrir ahí mismo.

-¿Sabes lo que vas a hacer?- le digo a mi chica. -Vas a ir ahora mismo a por él y le dices delante de su novia y sus amigos que tu novio quiere invitarle a una copa.-

-¿En serio?- me pregunta riendo.

-Claro. Venga, díselo tal cual. A ver que te dice.- Soy un puto genio del mal. Hay que hace un inciso aquí: mi chica anoche iba despampanante, y conste que no lo digo porque vaya a leer esto, sino porque es la verdad pura y dura. El mensajito se lo iba a dar la chica más sexy de todo el puto bar con diferencia.

En ese momento me giré, porque a todo esto yo estaba intentando pedir unas cervezas y por fin había logrado que una camarera que llevaba una camiseta con la cara de David Bowie estampada me hiciera caso. Pero perdí la oportunidad de pedir cuando una mano amistosa se posó en mi hombro.

Y allí estaba el novio, un poco abochornado pero dispuesto a quedar lo mejor posible delante de su hembra. Hay que reconocerle el mérito de que vino él en persona en vez de darle el recado a mi chica. esta vez no hubo nada de tapeteo en mi hombro.

-Oye tío, que lo siento. Creo que me he pasado antes. ¿Me perdonas?- me dijo mientras me ofrecía la mano en señal de disculpa. Ya no era una montaña de carne imponente sino un tierno cachorrito intentando que le diera un trozo de comida por debajo de la mesa.

-No pasa nada, hombre. Venga, te invito a una copa. ¿Qué quieres?- le dije dándole un amistoso apretón de manos.

-Nada tío. Creo que ya ha quedado claro que ya he bebido suficiente por hoy.  Por eso he reaccionado así antes, lo siento.- ¡JA! La culpa es de la bebida, ¿eh?

-Va, que no pasa nada. ¿Seguro que no quieres una copichuela?-le dije mientras el tipo se escurría hacía su grupito que le miraba con expectación. A modo de despedida, negó con la cabeza y se marchó.

Y todo esto mientras mis amigos se divertían con la escenita, claro. Que a fin de cuentas eran mi público en ese momento, y no hay que defraudarles. En fin, ¿qué os parece mi reacción? ¿Qué habríais hecho vosotros en mi lugar? ¡Me muero de ganas por saber cómo habéis reaccionado vosotros en este tipo de situaciones!

Más: anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Soy un buen tipo

11 comentarios:

  1. Manejas a la gente como si fueran marionetas. Yo creo que sí que tienes un lado maligno. xD

    Me has recordado a una pareja que conozco que son muy buena gente los dos, y a los que les ocurrió precisamente lo contrario que a ti. Un día un tipo que andaba por un bar se acercó a ella en plan ligoncete y ella, que tiene mucho carácter, lo mandó a paseo sin muchos miramientos. Pues lo que ocurrió después es que el novio le dijo a ella que había sido demasiado dura con el pobre pretendiente, que pobrecillo, que cómo se le ocurre desilusionarlo con tan poco tacto. :D

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  2. Si llega a ser de mi barrio ese tío, en cuanto se le acerca la novia para abroncarle te machaca por chivato.

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  3. Doctora, ¡de chivato nada! Creo que su novia se merecía saber que un hombre no puede ni darle los buenos dias sin incurrir en la ira de los Dioses XD

    Tarambana, me meo contigo.De lado maligno nada, soy tan buena gente que lo raro es que no me hayan beatificado. Y soy muy fan de tu amigo , si es que tiene razón, ¿el pobre pretendiente que sabía? Tenía que intentarlo, ¿no? :)

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  4. Desde luego tuviste tacto y mucho cachondeo para dejar al "pájaro" bastante humillado.

    Por cierto, Doctora debe ser de un barrio parecido al mío... XDDDD

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    1. No lo puedo remediar, soy un liante :)

      Ya te digo Leona, la gente tiende a quererme y a no putearme. No tengo muy claro la razòn, pero se aplica a completos desconocidos.

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  5. Joder¡¡¡, con perdón, pasé por aquí la semana pasada y creía que había comentado algo. Yo para estas cosas nunca he tenido mano izquierda... eso sí tengo una mano derecha que...
    Perdón otra vez se me va la pinza. Tengo un profesor de un arte marcial llamado kajukenbo, arte marcial que practico, que siempre nos dice a la hora de meterse en un lio de estos lo mejor es ignorar al interfecto, que no se puede... pues te vas, que no se puede... pues le inflas a leches, bueno esto último es una fantasmada, en las practicas que el nos hace no hacen falta ni leches, muchas veces con mucho menos se soluciona el tema. ;). Saludos

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  6. ¡No te preocupes hombre! La intención es lo que cuenta :)

    Nunca había escuchado acerca del kajukenbo, lo voy a mirar ahora. Yo no soy partidario de la violencia, nunca me he peleado. Claro que, tampoco me hace falta: soy una persona a la que dices "No tío, a Holden no. ¿Cómo le voy a hacer esto a Holden?" ¡Un saludo!

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  7. Menudo personajón estás hecho.. jajajaja

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