sábado, 22 de noviembre de 2014


Este verano comencé a leerme un libro, "El color de la magia". Hagamos un preludio.

Leo mucho y creo que los que leéis este blog ya lo sabéis. O sea, que no pierdo la oportunidad de decirlo cuando puedo. Sí, no hagáis que no sabéis de que hablo, que prácticamente os leo el pensamiento: que si, pesado, que lees, muy bien, vuelve a segundo de la ESO, léete la etiqueta de los champús en la ducha y deja el tema ya, pelma. Y dentro de lo mucho que leo (¡jodeos!), la fantasía no es mi género preferido.



Y eso que he leído mucha fantasía: Michael Ende (a sus pies, maestro), Gaiman (no somos dignos, no somos dignos), Tolkien y su Señor de los Anillos, C.S. Lewis su Narnia, Stephen King -tiene una saga de 7 libros de fantasía llamados "La torre oscura" que no os recomiendo-, y no faltan los omnipresentes "Juego de Tronos" de Martin y "El nombre del viento" de Rothfuss. Y mucho más, pero no os quiero aburrir: puedo decir con criterio cuando algo de fantasía me parece bueno o no porque se de lo que hablo. Fin del preludio.

"El color de la magia" es el primer disco de la saga Mundodisco de Terry Pratchett, que creo que son casi 40 libros, todos ellos más o menos independientes unos de otros pero que forman parte de un universo común. Vamos, que es fácil que si empezáis a leer un libro cualquiera de Mundodisco podáis disfrutarlo sin haber leído todo lo anterior. A día de hoy voy por el tomo 21 (4 libros por mes, no es tanto) y  puedo decir que se ha convertido en mi autor más leído. Así de simple. Como quien no quiere la cosa, ha pasado de ser un tipo al que apenas conocía a ser el autor más popular de mi biblioteca.

O sea, un resumen de todo lo que he escrito anteriormente: si queréis una recomendación del género fantástico leed "El color de la magia", Terry Pratchett es el autor al que más he leído a día de hoy, y que leo mucho. (¡Ja!)

lunes, 17 de noviembre de 2014

Menospreciado durante siglos el único animal mamífero con pico. Vive en el agua y pone huevos, y hay que viajar a australia para conocerlo.

Que nadie se alarma, es que hoy me acordé de esta canción tan absolutamente genial.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Hoy en día ya puede uno ser el mayor experto en una materia, que siempre llegará una peli de mierda y te dejará a la altura del betún. En serio, puedes haber leído toda la vida y obra de -por poner un ejemplo al azar- Manuel Machado, haber leído sus biografías, estudiado su vida desde el punto de vista de sus conocidos, haber entrevistado a sus descendientes y llevar una camiseta de fútbol con su nombre, que no faltará el día en que llegue un gilipollas y te lo ponga en duda. Si amigos, así es. 

-“¿Cómo?”- se estarán preguntando en estos momentos. Pues muy fácil: la macroindustria cinematográfica de Hollywood tiene la fea costumbre de imponerse sin el más mínimo esfuerzo a la sabiduría y a la cultura.


Por poner un ejemplo (al azar, claro) de hoy en día: llevas toda tu vida leyendo sobre vampiros. O sea, el puto Bram Stoker tuvo que inventar una máquina del tiempo, viajar al futuro (nuestro presente) y entrevistarte, y volverse a su época para escribir “Drácula”. Puedes ser el mayor experto en el personaje histórico Vlad Dracul o Vlad el empalador como es más popularmente conocido. Puedes haber estudiado el origen de la mitología vampírica, tener una tesis en la universidad de Masachusets, haber sido consultado por Anne Rice, y tener una plaquita en tu casa firmada por todo el consejo de ministros europeo (si, en minúscula, no merecéis mi respeto so chorizos) que te acredita como el tipo que más sabe del tema in the world.

Pero eso sí, sacan una nueva película de Drácula con el subtítulo –La historia jamás contada- en donde paren su propia versión basura de la historia, que no faltará el subsabido amigote que merece dos collejas que te dirá en medio de una disertación sobre vampiros: “no tío, no tienes ni puta idea, yo LO vi una película y te puedo asegurar  que el origen de Drácula es otro, mucho más dramático y sentimental. Pobrecito”.   


Tócate la polla. La historia jamás contada, y se quedan más anchos que largos. O sea, no es que lo que tú creías que sabías estaba mal, simplemente es que de esto todavía no te habías enterado, pero es un descubrimiento casi científico. Un puto hecho, vamos. Y si no te gusta te chinchas. 

Y por si alguien se lo estaba preguntando, no me gustan los vampiros. Era solo un ejemplo al azar pero bien aplicable a muchos casos. Lo juro.