Yo debo tener pintado en la frente, en letras muy gordas, un cartel que dice “Friki”. No consigo vérmelo cuando me miro en el espejo, pero ahí debe estar porque de lo contrario no me explico cosas como lo que me pasó el otro día. Caminando por la calle, como una persona normal, tejanos negros y una camisa a cuadros grises, un señor...