Yo
confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros hermanos que he pecad… digooo
que he empezado a escribir en otro blog. Soy un perro infiel que le pone los
cuernos a esta especie de anecdotario que llevo desde hace ya más de 10 años. Y
de hecho, puestos a confesar, confieso también que soy un vago porque no he
empezado ahora a escribir otro blog, sino que llevo ya creo que 8 entradas.
Y como
no podía ser de otra manera es un blog para El siamés ocioso. Está
claro que no soy capaz de hacer las cosas como todo el mundo: irrumpo en las
redes sociales con una página de caralibro que no es la mía, con un blog para
esa página, pero -agarraos los machos, muchachos- ni me planteo abrir una
cuenta del omnipresente y todopoderoso tuiter.
Como
veréis, si es que alguno se toma la molestia de visitar el nuevo blog, no tiene
nada que ver con esto. Es decir, es un blog bien cuidado, con enlaces, fotos,
posts trabajados y todos con una temática común, un diseño limpio y curradete y
una nube de hastags que no incluyen cosas como “gente que odio”. Lo que viene a ser uno de esos blogs
modernitos que tanto gustan.
¿Significa eso que voy a dejar de escribir aquí? No, por Diox, claro que no. ¿Significa eso que voy a escribir aún con menos frecuencia aquí? Si, ya, como si eso fuera posible... En fin, vamos a empezar una nueva semanita, y que Diox nos pille confesados. ¡Un saludo!
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Cada vez que te marchas sin dejar un comentario Dios mata un gatito. Piensa en ello.