domingo, 30 de agosto de 2015


Odín, el fantástico gato lámpara

Atención: este post contiene una historia verídica narrada de la forma más realista posible. ¿La razón? Que cualquier persona cuya mascota sufra un accidente sepa cómo reaccionar lo mejor posible sin entrar en pánico. Por ello, y pese a que recomiendo encarecidamente leer el post para aprender de la mala experiencia, se avisa a los más sensibles de que después de este párrafo las cosas pueden ponerse desagradables. 


Ayer le cercené la punta de la cola a uno de mis gatos. Lo cuento así, sin suavizarlo, por si alguien se piensa aún que el párrafo anterior es una broma: ojalá lo fuera. Fue un accidente, de hecho el más típico con los gatos: entré en el baño y el minino, que me seguía, metió la punta de su rabo en el quicio de la puerta sin darse cuenta. Y lo peor de todo es que ocurrió estando de veraneo (lejos de nuestro veterinario habitual), en sábado y fuera de horario.

Que nadie piense que di un portazo: el extremo de casi todas las colas de los animales está preparado evolutivamente para separarse sin demasiado esfuerzo para huir en caso de ser atrapado por un depredador. En algunos casos como la lagartija o Piccolo vuelve a crecer, y en la mayoría no (como mi gatito por desgracia). No hubo portazo ni brusquedad, más bien al contrario, que aún había gente en la cama.

Salgo del baño y veo caer la puntita de la cola del quicio de la puerta: ¿qué hago? Me gustaría que llorar y llamar a mi mamá gritando fuese la opción que lo solucionara todo, pero resulta que no lo es: el animalito depende de nosotros. Muy importante estar calmado y preparado para lo que viene a continuación y sobretodo no culpar al animalito.

Odín, ahora conocido como 'Lampi'
Paso 1. Localizar al michino y evaluar los daños. En mi caso el gato estaba en la cocina bebiendo agua tranquilamente, cosa que me dio falsas esperanzas. Me acerqué con cuidado tratando de inspirarle calma y le miré la colita: encontré la mayor parte del último hueso de la cola pelado y recubierto de sangre. Compruebo que lo que tengo en mi mano es, en efecto, solo un trocito de hueso y mucha piel y pelos.

Paso 2. Seguimos sin considerar llorar y gritar desesperados mientras damos vueltas sobre nosotros mismos: hay que limpiar y curar la herida por muy desagradable que sea. Agua oxigenada le guste al gato o no. Lo normal, insisto, es que el gatito nos mire confuso y con cara de '¿Qué tocas? ¿Por qué tocas?'  

Paso 3. Cogemos el móvil y NO le hacemos una foto, NO la subimos a tuiter, y NO perdemos el tiempo con gilipolleces. Llamamos al veterinario de urgencias: como en casa somos previsores, siempre que vamos a algún sitio sabemos de antemano dónde está el veterinario más cercano y tenemos el número de urgencias de dicha clínica. Muy recomendable, ya que uno se pone algo nervioso tras amputar a su mascota y no es el mejor estado para buscar en Google.

Paso 4. Aún con mucha calma, se agarra al confundido animal que se ve alejado de su comedero sin previo aviso, y se le introduce en el transportín. Nos vestimos de personitas (o de marcianos, según raza) recordando que podemos mancharnos de sangre y acudimos a la cita.

 Paso 5. Tras entregar nuestro querido animalito al veterinario, le ofrecemos nuestra ayuda a la hora de anestesiar al animal (muy recomendable) y nos enteramos  bien de la hora de recogida y del precio: no existe la sanidad pública animal.

Paso 6. Tras recibir a nuestro gato lámpara, pagar al veterinario (50 euros en total), y acudir a la farmacia a por antibióticos o calmantes si fuera necesario (en mi caso no), procedemos a la devolución del animal a su hábitat natural: el sofá. 

El tiempo total transcurrido es una hora casi exacta. Lo desgloso: Le corto la cola, me doy cuenta, le limpiamos y llamo: 5 minutos. La cita con el veterinario es 20 minutos después. La operación tarda media hora. Volvemos a casa en otros 5 minutos.

Paso 7. Ahora que el gato está vivo, curado y mide unos centímetros menos, viene lo más desagradable: la sangre. Oh, sí. La sangre. Repasamos la ruta que siguió el animal desde que se pilló la cola hasta que le introdujimos al transportín y comprobamos que lo normal es que haya algunos chorros de sangre por las paredes y gotitas en el suelo. Sí: eran tan invisibles hasta ahora mismo que no te explicas cómo has podido no darte cuenta antes. Limpiamos y desinfectamos.

Paso 8 opcional. Los animales lámpara tras las operaciones a veces tienen la mala costumbre de no querer comer ni beber. Tras un tiempo prudente de verlo dejarse morir lánguidamente, se baja a la farmacia más cercana y se compra una jeringa de alimentación. Se le hace tragar agua por Tutatis. Si no se consigue que coma de ninguna manera, se puede hacer una papilla mezclando su pienso con agua en la batidora y se le introduce vía jeringa de alimentación.

Al borde de la muerte, sigue sin perdonarme
NO SE LE QUITA la lámpara al gato lámpara en el plazo que nos haya indicado el veterinario bajo ningún concepto. Le veremos sufrir, nos llorará y procurará darnos pena chocándose contra nosotros aparentemente sin querer, pero hay que ser inflexibles en este punto. Aconsejable mimar en exceso al animalito. 

Ahora ya es el momento de preocuparnos por nosotros mismos, de sentirnos culpables, de arrepentirnos de haber nacido, de hacerle fotos o de lo que nos dé la gana. También es el momento de intentar convencer al otro gato (si lo hubiera) de que la lámpara que le ha salido a su hermano no es contagiosa

Espero que ninguno tengáis que pasar por esta horrible experiencia, pero si os ocurriera al menos que Diox os pille confesados estéis preparados. Por cierto, el nombre real de la lámpara es collar isabelino, algo de lo que yo no tenía ni idea hasta ayer. Ojalá que yo no vuelve a verme en una de estas. ¿Alguna vez habéis pasado por algo parecido? 

Más: anteriormente en Lafabulosagallinadegoma,  Odín

lunes, 24 de agosto de 2015

Nuestro amo y señor con sus faraónicas demandas

Comienza sutilmente-un poco de fastidio por aquí, un inconveniente por allá-y poco a poco el bip bip bip de las teclas comienza a afectar a tu calidad de vida, como una úlcera en la boca, como una china en el zapato, o polvo en el ojo.

      El menú es una confusa maraña de callejones sin salida. Tiene un teclado sensitivo que, tan pronto se niega a colaborar, como entra en acción si respiras sobre él. Uno de dichos botones sirve para finalizar las llamadas, por lo que fácilmente puedes dejar a la gente colgada con la palabra en la boca solo con arrimar la oreja. Aparentemente no tiene "modo silencio", y cuando lo dejas en "modo vibración" zumba como una abeja dentro de una caja de cerillas.

      Está colapsado por un atajo de inútiles iconos, e incluye un sistema que escanea cada sms y cambia algunas palabras por locos y molestos iconos parpadeantes, de modo que si alguien te dice que ha atropellado a un niño con el coche, se sustituirá la palabra coche por un ridículo icono. El mensaje no tendrá seriedad ninguna. También incluye la demo (jugable) de un juego en el que manejas a un conejo lanudo. ("¡Metete en la piel de Bobby Carrot, la nueva y súper mona estrella del juego "En busca de la zanahoria"!").

      Pero lo peor de todo es que parce tener omnipresente la opción de conectarse al servicio de internet de la línea "Mocostar", lo que significa que, sin importar cuan confundido que estés buscando algo en el menú o tratando de razonar con el teclado del aparato, siempre acabarás conectándote a internet. Nunca jamás estarás mas lejos de un "clic" para empezar la conexión a toda una galaxia de imbecilidades, la cual, lejos de reducirse a las noticias o a los horarios de los trenes, está llena de pornografía con los títulos de "pibones y tetas", chicas que te miran en ropa interior desde la pantalla, presumiblemente porque algún degenerado cerebro de mosquito descubrió la ventaja del servicio de internet de "Mocofone" para vender pornografía a cuadrillas de adolescentes rebosantes de hormonas, que no merece sino ser castrado para, posteriormente, hacerle digerir su red pornográfica.

Y después de esto, te llega el mensaje que indica que tu saldo ha sido considerablemente reducido debido al tiempo que empleaste intentando averiguar cómo desconectarte de dicho servicio de internet. Brillante. De este modo logran que dejes sin realizar las operaciones telefónicas que realmente querías realizar, y para las que ahora necesitaras una recarga extra de saldo. Sssstupendo.

Si realmente existiera algún tipo de justicia en este mundo, estos aparatos deberían ser desguazados, reducidos a piezas, elegir el camión más grande posible, y alejar esas piezas del mundo civilizado, piezas que solo sirven para aturdir el cerebro atrofiado de algún usuario incauto.

      En cualquier caso, no bien me hube deshecho del susodicho aparato, comencé a vérselo a decenas,cientos de personas. ¿El consumismo? No. Mi teoría: El gobierno está suministrando estos aparatos a las masas para lograr someternos a un estado perpetuo de de confusión, enfado, y hostilidad. No digan que no se lo avisé.

Este texto está sacado de mi antiguo blog y data del 2006, cuando la mayoría teníamos teléfonos tamaño ladrillo con saldo recargable y desde luego sin conexión a internet tal y como lo conocemos hoy en día. En cierto modo me complace descubrir que mi opinión respecto a estos aparatejos no ha cambiado mucho después de tanto tiempo pero, ¿y vosotros? ¿Sois adictos a los teléfonos o sois de los que solo lo miran al llegar a casa? ¿Respondéis al tuiter desde el restaurante o miráis con cara de odio a quienes lo hacen en vez de disfrutar de vuestra impagable compañía?

Más: anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Truquitos para Blogger

miércoles, 19 de agosto de 2015


Aquí mi nueva 'bestia'
Aparte del cine de verano, otro de los reencuentros felices que ha tenido este veranito para mí ha sido la bicicleta. Y la verdad es que todo lo que diga al respecto va a ser poco, lo prometo. La primera palabra que me vino a la mente la primera vez que monté en bicicleta tras 14 años fue 'libertad'. No sabría explicar porqué, la verdad, pero me vino a la mente apenas empecé a tambalearme sobre mi nueva montura.

Y no es de extrañar: cuando era chaval allá en el pueblo, casi todos los días me hacía recorridos de más de 50 km con mi bicicleta por las carreteras vacías de castilla con un sol de justicia quemándome la nuca. Y de pronto, dejé de montar. No tengo muy claro el motivo, pero creo que fue por las chicas. Si, vosotras. O salía por la noche e intentaba ligar (JA!) o hacía deporte por las mañanas. Tarde o temprano las hormonas te obligan a hacer ese tipo de elecciones, ya me entendéis.

El caso es que en pleno cabreo con el Metro y su cada vez peor servicio, un amigo mío perdió su empleo. Y total, que se mudaba a su ciudad y quería deshacerse de su bici. En realidad yo no quería, por supuesto solo se la compré por hacerle un favor: así de buen tipo soy. No tiene nada que ver con que me vendiera su bici casi nueva por un precio de risa, lo juro.

Y la bici permaneció en mi terraza durante unos meses acumulando polvo y entorpeciéndome el paso. ¿Alguien más empieza proyectos con mucha ilusión y los abandona a los dos días? Yo constantemente, así de desastre soy. Total, que la bici tenía pinta de ir a formar un nuevo capítulo de Tormentagedón, cuando me dio por hacer cuentas.

Veamos, le dije a Google, cuanta distancia hay de mi casa al curro. ¡Vaya! ¿Sólo 15 kilómetros? Pero si yo en bici he superado los 70 de una tirada. Hummmm. ¿Y si...? Si, podría funcionar...

Esa misma tarde me compré un flamante casco nuevo (total, ya no puedo lucir la melena al viento), que no era cuestión de matarme por hacer el idiota. Fui a por el casco en bici y descubrí que el centro comercial en cuestión ¡tiene parking de bicis! Y me llevé una navajita (para cortar los precintos), así que ya volví con el casco puesto. 

También adquirí una flamante linterna para la parte delantera de la bici, y una increíblemente molesta lucecita intermitente para la parte trasera. Esta última no la compré para que se me viera mejor, la compré únicamente para molestar a los conductores que fueran detrás mía. Todo estaba listo.

Al día siguiente fui al curro en bici, y volví. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan satisfecho. Y descubrí dos cosas: una que en bici tardo MENOS que en metro al trabajo, ¡que frustrante tardar años en descubrirlo! Y la otra cosa que descubrí es que conducir por Madrid a las 3 de la tarde entre coches y autobuses, hablando muy vulgarmente, da más calor que follar debajo de un plástico. 

Total, que pienso seguir yendo al trabajo en bicicleta: más barato y más rápido, por no hablar de lo sano que resulta. Eso sí: mejor me abstengo de montar en julio y agosto a más de 40 grados, no vaya a ser que me dé un jamacuco. ¿Alguno de vosotros seguís montando en bici? ¿Os movéis con ella por una gran ciudad sin miedo o sin consciencia?

Más: anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Tormentagedón (1), (2), (3), y (4)

miércoles, 12 de agosto de 2015



Ah, Barcelona. La ciudad de Gaudí, artista ente artistas. Muy cercana a la cuna de Dalí, uno de mis pintores preferidos. Urbanita, cosmopolita, modernita… ¿Qué decir que no sepáis ya? Pero no todo son grandes obras archiconocidas, no. A la sombra de algunas de las fachadas más célebres de la ciudad, agazapadas en recónditos callejones, o  desafiándonos desde alturas imposibles se encuentran otro tipo de obras.

¿Más frases en las paredes? Me gustaría, pero no va a ser posible: encontrar esos retazos de sabiduría demencial no es tan fácil como parece. En esta ocasión voy a subir algunas de las pintadas callejeras más interesantes que me he encontrado en estos primeros días en Barcelona.


También quiero destacar que estoy pasando estas vacaciones con mi familia bielorrusa, y como no podía ser de otra manera les he hecho algunas preguntas sobre Rasputín, así que ya os actualizaré con información de primera mano. Como ya he dicho anteriormente, nuestras culturas chocan a veces en lo más elemental (por ejemplo la fecha del descubrimiento de América) y por eso, ¿qué mejor fuente de información sobre Rasputín que un par de comunistas de pura cepa?


¿Os gustan las pintadas callejeras o sois de los que moleríais a patadas a cualquier chaval con un bote de pintura en la mano? Si tenéis alguna cerca que os mole… ¡Hacedle una foto y mandádmela! 

Mas: anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Frases en las paredes (2)

miércoles, 5 de agosto de 2015

Conociendo a EVE: Ex machina

El verano pasado retomé un plan perfecto para las calurosas noches madrileñas que y que llevaba sin hacer lo menos 10 años: el cine de verano. Y joder, es un planazo para cualquier día, ya sea laborable o fin de semana. No recordaba lo a gustito que se está en el cine con brisa y pudiendo beber cerveza en vez de refresco, lo cual es una enorme ventaja si eres yo. O si eres un ser humano sensato, vaya. 

Y es que es una cosa genial: por 6 euretes tienes tu entrada para ver 2 películas (¡¡2!!), las palomitas y bebidas son mucho más baratas, no tienes que preocuparte de las entradas pues con enseñar en el teléfono el justificante que te llega al e-mail basta, y si eres tan torpe de haber perdido el teléfono... en taquilla te reimprimen tus entradas dando los datos de tu reserva. 

Vale, si, alguna pega tiene que tener: las películas pueden no ser estrenos recientes del todo. Normalmente te solapan una peli estrenada hace poquito con una que puede ser un clásico. Por ejemplo, el año pasado vi X-Men días del futuro pasado + La naranja mecánica. Y ayer vi Ex machina (estrenada el 27-2-2015) y La teoría del todo (estrenada en navidades). 

Bueno, en realidad pagué por ver esas dos películas, porque no me quedé a ver la historia de la vida de Stephen Hawkins. Tampoco hay que olvidar que se madruga para ir a trabajar, que si no voy yo, entre el paro y las vacaciones parece que no trabaja nadie. La cosa es que me gusta tanto el planazo de cine de verano que no me importa pagar por ver dos pelis y terminar viendo solo una. Así de estupendo es. 

Si escribo este post es porque igual a los que seáis de Madrid no se os ha ocurrido y hay cine de verano hasta mediados de septiembre. Y que queréis que os diga: es un planazo para llevar a tu pareja por sorpresa, o a un amigo. El cine al que voy yo se llama "La Bombilla" y está muy bien ubicado, en Príncipe Pío. 

Así que no se a que esperáis: meteos en el link y reservad ya vuestra entrada. ¿Alguno de vosotros también sois fans del cine de verano? ¿Conocéis "La Bombilla"?

Mas: anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Aquópolis: dónde la diversión está prohibida

sábado, 1 de agosto de 2015

Rasputín en todo su esplendor

Últimamente me he obsesionado un poquito con la figura de Rasputín. Es algo que me pasa ocasionalmente: de pronto entro en un enlace de algo, empiezo a leer sobre eso y me paso 2 semanas sin hacer otra cosa. No es tan terrible, ojo, no es como si alguna vez hubiera entrado en algún foro de Reptilianos y Hombres Topo y me hubiera pasado varias semanas desenterrando por internet las más casposas teorías conspiranoides (con sus correspondientes documentos para demostrar su veracidad). En serio, eso nunca ha pasado.

Total, que como yo nunca me he leído todo lo que hay que leer sobre los Reptilianos y los Hombres Topo, estas últimas semanas me ha dado por el personaje de Rasputín. Ha ocurrido de una manera totalmente aleatoria, nada que ver con que se me haya pegado esta canción de viking metal. Vale, está bien, no ha sido por esa canción tan heavy, debo reconocer para mengua de mi reputación que ha sido por esta.

Hace dos semanas, ¿que creía yo saber acerca de Rasputín? Con sinceridad (no os rías mucho): pensaba que era un valido, como el Duque de Lerma o el Cardenal Richelieu pero a la rusa. La mano derecha del rey gobernando con despotismo tiránico haciéndose ver como un hombre de Dios para justificar su dictadura. Un hombre que cargaba sobre sus espaldas el peso de uno de los imperios de la época.

Pero nada más lejos: corría el año 1904 y el hijo de los zares parecía padecer hemofilia, esa enfermedad que evita la coagulación de la sangre y por lo que cualquier herida podía resultar mortal. La Zarina Alexandra, además de ser supersticiosa estaba desesperada por encontrar una cura para su hijo cuando escuchó acerca de un místico, un monje, un curandero con ciertas habilidades especiales.

Una gran barba conlleva una gran responsabilidad
Así es como irrumpe en la historia Rasputín, llevado a la corte para curar al hijo de los Zares. Algunos dicen que el llamado a ser el futuro zar se curó de su hemorragia superando su propia enfermedad. Otros que fue el propio Rasputín mediante la hipnosis quien logró que la sangre dejara de fluir. Fuera como fuere, la realidad es que el príncipe sanó tras su visita y la zarina no estaba dispuesta a renunciar a un posible sanador para su hijo: desde ese momento tendría una habitación en la vivienda imperial.

Desde luego, si Rasputín tuvo algo que ver con la curación del pequeño, la zarina hizo bien: está documentado que acompañó al príncipe durante otras dos graves crisis de hemofilia de las que también logró recuperarse. Tanto si tenía algo que ver con estos milagros como si no, la zarina no estaba dispuesta a desprenderse de él, por si acaso. Además, tenía permiso para llamar a los Zares "Padre" y "Madre", privilegio del que no gozaba ningún otro miembro de la corte.

Las historias cuentan que la Zarina poco a poco fue prendándose de Rasputín, llegando a ser su amante. Si bien esto no está probado, fue uno de las constantes ataques con los que tuvo que lidiar día a día. No ayudaba la manía de Rasputín de entrar continuamente al palacio por las puertas de los sirvientes que dan a las habitaciones de la casa directamente en vez de hacerlo por la puerta principal.  

Normal que la Zarina se enamorase de Rasputín, mirad lo guapo que era
Sea como fuere, el contexto histórico de Rusia era muy negro: al poco de aparecer Rasputín, Rusia pierde la guerra que luchaba contra Japón, tiene que lidiar con la revolución de 1905 instigada por Lenin, y el pueblo, que lleva años muriéndose de hambre, ve como sus manifestaciones son disueltas a golpes de sable por la caballería cosaca.

Algunos partidarios del poder (que no querían renunciar al poder, si no que éste cambiase de manos) empiezan a hostigar a la figura de Rasputín y a culpar a la familia real, a quienes tachan de ser meras marionetas. Pasa de ser un desconocido a ser el culpable de que todo le vaya mal a Rusia en pocos años, una cabeza de turco muy apropiada. Es curioso que le culpasen a él, cuando existía la figura de Stolipin: primer ministro ruso y probablemente verdadero regente del país.

Durante ese tiempo se dicen muchas cosas, si bien no hay casi nada demostrado: que si Rasputín aconseja a la Zarina para influir en las decisiones del Zar Nicolás II, que si Rasputín se tiraba no solo a la Zarina sino a la gran mayoría de las cortesanas (que eran las mujeres de los nobles de la época, y ese rumor ya no gustaba ni un pelo a los poderosos), que si Rasputín dilapidaba fortunas en banquetes y borracheras, etc.

Rasputín rodeado de sus admiradoras
Hay que hacer un inciso en todo esto: si bien le apodaban el monje loco, nunca fue monje de verdad. Si que era un fanático religioso al parecer y se las daba de curandero, y también hay fuentes que aseguran que en su juventud coqueteó con una secta que predicaba que al Paraíso y a Dios solo se llegaba mediante la realización de orgías, muchas orgías.  Así uno bien se vuelve religioso, claro.

De orígenes muy humildes, Rasputín era hijo de campesinos y analfabeto como la gran mayoría de estos. Se piensa que nunca supo leer bien ni escribir muchas cosas más a parte de su nombre, pero aparece en muchas fotografías con un libro para aparentar lo contrario. Además, al parecer en aquella época estaba de moda que los nobles llevasen un diario y nuestro monje no iba a ser menos. Además, estaba casado y tenía varios hijos.

Leyéndo el Quijote en actitud casual y relajada
El tal Stolypin del que os hablé antes es asesinado en 1911, y parece que tras su caída los zares buscaron consejo en Rasputín por ser alguien cercano y de confianza. Desde aquí a 1916 cuando fue asesinado es cuando parece posible que el mal llamado "monje loco" influyera en el gobierno del país. Para entonces sus orígenes humildes, los rumores de sus fiestas sexuales, y la realidad de los banquetes que se pegaba frecuentemente habían hecho de él una figura muy impopular.

Si Rasputín influía o no en las decisiones del gobierno no se sabe a ciencia cierta, pero sí que parece probado que cuando empezó la I Guerra Mundial fue un ferviente partidario de no entrar en ella. Tanto es así, que realmente tenía convencidos a los zares de no participar en el conflicto, y no es de extrañar: Rusia había perdido apenas hacía 10 años una guerra contra una isla ridícula y el país moría de hambre.

Esto fue tomado como un insulto entre la nobleza, al parecer el tovarich Rasputín creía que dirigían un país débil. Rusia entró, después de todo, en guerra. Este acontecimiento coincide casualmente con la convalecencia que tuvo que sufrir Rasputín después de haber intentado ser asesinado por apuñalamiento cuyo responsable nunca fue encontrado. Asombrosa coincidencia, ¿no? 

Foto de Rasputín durante su convalecencia en el hospital
Total: que con el país en guerra, con el pueblo muriéndose de hambre, con personajes naaaada influyentes como Lenin hostigando a la nobleza con revoluciones, y con la envidia y celos que le producía a los más ricos el hecho de que un campesino se pasease por la alcoba de la reina como si tal cosa mientras que ellos tenían que pedir audiencia para verles 5 minutos, se empezó a fraguar el funesto final del consejero real, curandero y místico Rasputín.

El príncipe Yusupóv destaca como cabeza de la conspiración en un intento por calmar al pueblo: "mirad, hemos matado al culpable de todo, ahora las cosas irán bien, dejadnos en paz". Al parecer, invitó a su propia casa a Rasputín para cenar y conocer a su joven esposa de  belleza legendaria. Un buen cebo para lo que se decía del monje loco. 

Para no entrar en detalles, al parecer nada más llegar le dieron de cenar y de beber copiosa comida inundada en cianuro. Rasputín no paraba de comer y beber veneno sin sufrir ningún efecto, poniendo realmente nerviosos a sus futuros asesinos. Y para colmo, incluso se puso a cantar y a tocar la guitarra.

Desesperados, entran en la ecuación asesina un tiro a bocajarro y una gruesa barra de hierro aplicada sobre la cabeza. Al parecer, tras dispararle y mientras deciden que hacer ahora que la muerte natural no es una excusa, dejan solo al cadáver. En algún momento, el propio Yusupóv vuelve a la habitación donde estaba el muerto, y sufre un intento de asesinato para gran regodeo del karma. Rasputín intentó estrangularle con sus propias manos, aunque sale corriendo al ver que sus camaradas acuden en auxilio del primo del Zar.

El agujerito en la frente es ese primer disparon con el que creyeron haberle matado
Le dan alcance pronto, lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta el veneno, el disparo y la barra de hierro. Hicieron falta otros 4 disparos más otros tantos fallados para terminar de abatir al monje loco. Desesperados y alertados por estar despertando a todo el mundo, deciden atarle con cadenas de hierro para que se hunda y tirarle al rio Nevá.

El cadáver aparece dos días después flotando por el rio, desatado y congelado en una postura que parecía sugerir que intentaba salir a flote. Incluso hay quien dice que el diagnostico definitivo es que su muerte fue por ahogamiento. Sobre todo esto, poco se puede probar puesto que el único testimonio realmente fiable pertenece a uno de los asesinos.

Hay muchas teorías para esta portentosa capacidad de supervivencia, una de las cuales sugiere que se exageró el asesinato para glorificarse por haber logrado matar a un siervo del diablo. Otra sugiere un vendedor de venenos nada fiables o la inexperiencia de unos asesinos más preocupados de que no les pillasen que de asesinar. También hay otra que dice que Rasputín sigue vivo hoy en día en una isla con Hitler y Elvis Presley. Que cada cual elija la suya. 

Rasputín siempre es el malo de las pelis

Una de las cosas más curiosas tras su muerte, es la famosa carta que habría enviado al Zar unas semanas antes en la cual aseguraba saber que sería asesinado y profetizando el fin de la familia real dos en menos de años después de su muerte, cosa que se cumplió. Al parecer la carta existe, pero a saber si es del propio Rasputín, o si incluso es anterior a su muerte. 

Su cadáver fue exhumado y quemado después, dando pie a la otra leyenda de Rasputín: la de que su pene fue cercenado y se conserva hoy en día en formol y que es enorme como el de un caballo. Parece poco creíble que nadie le cortase el miembro viril y que lleve ya 100 años por el mundo dando vueltas, máxime cuando hay diferentes penes de Rasputín en el mundo a lo largo del tiempo, uno de los cuales fue abierto y analizado, resultando ser un vulgar pepino de mar.

Ale, ya os he contado un resumen sexy de todo lo que he leído sobre este señor que me ha obsesionado últimamente. La mayoría de vosotros no lo leerá entero, supongo, por considerarlo un auténtico muermo. Pero ojo: si buscáis en Google veréis que lo que se dice de Rasputín se centra mayormente en mitos y cuentos sexuales, y yo os he ofrecido una versión un poco más objetiva del asunto. Y sí: os he colado otra foto de mi gato, ¿y qué? Los que sí que lo hayáis leído, ¿qué os ha parecido? 


Más: anteriormente en LafabulosagallinadegomaDe Vidocq a Sherlock Holmes