domingo, 14 de febrero de 2010

Alucinaciones paranoides (4)

Si hay algo que me fastidie aún más que cuándo ese trozo de carne que creía que tenía bien pinchado en el tenedor se desprende y cae con fuerza sobre la salsa, salpicando, y mancha la camiseta que me acababa de poner recién lavada, es esa gente que se te cruza en la carretera sin poner el intermitente y encima te pita.

Y por eso, cuándo hace dos días un vehículo rojo y de aspecto caro se me cruzó en una rotonda a punto de estrellarse conmigo y encima me pitó, no me quedó más remedio que acelerar con toda la fuerza que pude sacar de mi coche, y embestirle por detrás. El coche rojo se salió de la carretera y dio dos vueltas de campana mientras que yo me alejaba del lugar relajado y con el paragolpes abollado.


Y por eso, cuándo hace dos días un vehículo rojo y de aspecto caro se me cruzó en una rotonda a punto de estrellarse conmigo y encima me pitó, me sentí frustrado. No le grité por la ventanilla, ni le hice gestos obscenos, pues soy una persona educada, sin embargo deseé con todas mis fuerzas que se saliera de la carretera y no tuviera dinero para pagar las averías del coche.

1 comentario:

  1. Hola Holden! Mira, te escribo porque, si mal no recuerdo, tú te encontraste en Madrid con un Homeless Alien llamado Crup, ¿me equivoco? =)
    El blog estuvo parado durante mucho tiempo por temas personales, y ahora que he podido retomarlo quería avisar a todos los que tuvisteis la bondad de escribirme y contarme qué tal os iba con vuestro alien. Y nada, eso, que he reabierto el chiringuito, y dentro de una o dos semanas llegarán aliens nuevos a Madrid, me parece.
    Gracias de nuevo por avisarme de que Crup estaba contigo. Parece una tontería, pero me quedo más tranquila sabiéndolo.

    He leído tu post; no tengo nada que añadir a lo que tú has dicho ya. Has explicado a la perfección un sentimiendo que me acompaña casi todos los días. Creo que para estas cosas, lo mejor es irse a un sitio de éstos donde te dejan romper vajillas enteras a martillazos. Al menos deberías haberle hecho la puñeta, y un insultito no habría venido mal. Pero bueno, paciencia...

    Un saludo :)

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Cada vez que te marchas sin dejar un comentario Dios mata un gatito. Piensa en ello.