lunes, 30 de marzo de 2015


-Hola, quería saber si ya tenéis el último disco de Mamá Ladilla.-

-No, aún no. Llega a las tiendas la semana que viene.- responde automáticamente.

-¿De verdad no has tenido que mirarlo en el ordenador?-

-Tio, Mamá Ladilla son los más grandes. Todo el mundo lo sabe.-

Ole, ole y ole. ¡Qué dependiente más grande tienen en la FNAC!

Más: Anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Mamá Ladilla-Obcequeitor

martes, 24 de marzo de 2015


-¡TÚ ME HAS ROBADO MI QUESO!-

Con estas fatídicas palabras empezó una de las escenas más curiosas que me han pasado en la vida. Veréis, yo siempre he sido un chico travieso. Fundamentalmente bueno, pero travieso. De esos que jamás desobedecen, pero cuidadito con no dejarle claro al 100% qué es exactamente lo que no tiene que desobedecer. Os pongo un ejemplo:

-Deja de jugar con el balón.-

-Vale.-

-¿No te he dicho que dejes de jugar con el balón dentro de casa?-

-Sí, pero es que esto es una pelota de tenis.- 

Esta conversación es 100% real de cuando tenía 7 años. Bueno, pues así podréis comprender que, aunque mis padres sabían que yo era un buen chico, también quedaba claro que mis límites morales estaban levemente difusos. Por eso, cuando escuché aquella frase con mis padres al lado, se me cayó el alma a los pies.

-Sí, sí: tú. Te digo a ti, chaval. Tú me has robado mi queso.- Insistió apuntándome con su dedo a escasos centímetros de mi cara.

Un adulto acusándome de algo tan grave. No era posible. Los adultos son infalibles, saben más que nosotros los niños. Mi padre nunca me creerá a mí, seguro que van a creerle a él antes que a mí. Tierra trágame.

-¿Dónde está mi queso?- volvió a preguntar el tenaz anciano.

-Yo no le he robado nada a este señor, mami.- intenté defenderme.

-Sí, sí que fuiste tú. Me acuerdo perfectamente. Estaba yo caminando con un queso de bola bajo el brazo, cuando viniste por detrás, lo agarraste y saliste corriendo. ¿Qué has hecho con mi queso?-

Me gustaría explicar que mi madre es muy religiosa. No es de esas personas cetrinas e intolerantes, en absoluto. Pero cree en Dios y en la iglesia católica, y de pequeño me llevaba a confesarme un par de veces al año. Por eso, que delante de mi madre un señor adulto hecho y derecho me acusara de robarle su queso, me estaba matando por dentro. O sea, robar es el puto pecado más gordo al alcance de un niño de 8 años.

-Vámonos de aquí, porfa.-insistí yo desesperado.

-¿Qué has hecho con el queso de este señor, hijo?- ya está. Condenado. A mi alma inmortal no le va a pasar nada, pero verás a mi cuerpo terrenal.

-Pero que yo no he sidoooooo.-

-¿Cómo que no? ¿Y entonces quién me ha robado mi queso? Seguro que te lo has comido ya.-


De pequeño me encantaban los quesitos Babybel, ¿sabéis? Pero mis padres en vez de comprármelos me compraban queso de bola, que se parece mucho y viene  envuelto en la misma cera roja pero cuestan mil veces menos. O sea, que además encantarme el queso de bola, mis padres tenían claro que sabía identificarlo muy bien. No sabía cómo iba a salir de aquella. 

-Pues nada hijo, tendrás que pagarle su queso a este señor.-

-Pero yo no tengo dinero, y además no he hecho nada.- Mi desesperación iba en aumento.

-Pues tendrás que irte a su casa a fregarle los platos.- Mi padre, que tiene un sentido del humor finísimo. 

-¡PERO QUE YO NO HE SIDO!- Ya he dicho en alguna ocasión anterior que soy una persona con mucha flema y bastante calmado. Pues bien, en aquel momento tenía sobradas razones para no serlo en absoluto. Y es que mi padre es una persona muy seria: una vez le grité que le odiaba y que quería irme de casa, y acto seguido me cogió en volandas, me sacó de casa y cerró la puerta conmigo fuera. No volví a hacerlo, claro. Y ahora me estaba ofreciendo de lavaplatos a un adefesio vejestorio.  

-No, no, déjalo. Pero la próxima vez que quieras comerte mi queso, sólo tienes que pedírmelo.

Al parecer, yo fui el único que no sabía que se trataba de una broma. Y maldita la gracia que me hizo a mí. En fin, que la cosa se quedó ahí por el momento.

Volví a encontrármelo años más tarde, quizá 10. El tipo ahora era bastante anciano, y se encontraba paseando por el parque. Me guiñó el ojo y me dijo:

-¿Tú no me robaste mi queso?-  

-Sí, y estaba delicioso. Volvería a hacerlo si pudiera.- Ahora que ya me habían crecido pelos en los innombrables también podía bromear un poquillo, ¿no? 

-Claro que sí, a los de tu calaña los conozco bien. -

Aún volví a verlo una vez más, y consiguió sacarme una sonrisa de esas de las de verdad. El señor seguía con su buen humor de siempre, y se encontraba atemorizando a otro chiquillo cerca de Aluche:
 
-¡TÚ ME HAS ROBADO MI QUESO!-

La historia no termina ahí: años más tarde vi en algún lado que el señor de “Tú me has robado mi queso” había muerto. ¿Sería este señor realmente tan popular como para salir en algún periódico local? Desde entonces he pregunto a mucha gente que vivieron de pequeños en Aluche y, ¿sabéis qué? Por lo menos he conocido a 3 personas que también fueron acusados del inefable robo de un queso en algún momento de su infancia. 

Más: Anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Freak Inside 2

jueves, 19 de marzo de 2015

http://jimbobox.deviantart.com/
Alucinante ilustración de Catwoman por JimboBox

Vale, si, ya sé que dije que mi próximo post contaría la aclamada historia de “Elseñor que me acusó públicamente de haberle robado su queso”, pero no ha podido ser. Hoy toca que os deje un montaje mío de Catwoman. ¿Que qué tiene de especial? De primeras, la trama: Catwoman irrumpe en un club de striptease, se marca un baile sexy y luego zurra a los malos. ¿Qué más se puede pedir?

 

Lo segundo: mi montaje. Los primeros 40 segundos del vídeo me han costado cerca de un mes de trabajo. Si habéis visto el vídeo, cosa que me gustaría porque estoy particularmente orgulloso de él, os pediría que me dijerais si he logrado que esos primeros segundos transmitan lo que yo me proponía: sordidez, bajeza, que el sitio es un antro del que cualquier mujer con dos dedos de frente se mantendría alejada a más de 10 kilómetros. 

Os dejo aquí el vídeo original para que los más curiosos comparen si quieren: mi vídeo está montado íntegramente con las escenas que transcurren desde el minuto 2:44 hasta el 6:15. Vaya, que resumo en menos de 2 minutos casi 4 de metraje, y creo que no se pierde ni una pizca del contenido.

Para los menos entendidos del asunto: el vídeo mola porque la Catwoman actual, que es la que todo el mundo conoce, antes de convertirse en el carismático antihéroe que todos sabemos fue una  prostituta y una dominatrix. Por eso me encanta que el personaje encarnado por Selina Kyle antes de entrar en acción se marque un baile sexy en la barra americana. 

En fin, como este vídeo tiene bastante curro  y dificultad realmente agradecería que me dijerais vuestra opinión: si os ha dicho algo, si os ha dejado indiferentes, cualquier cosa. Gracias de antemano. Próximamente: “El señor que me acusó públicamente de haberle robado su queso”

 Más: Anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Expocómic Madrid 2014 Catwoman edition

sábado, 14 de marzo de 2015



Si es que fue genial incluso para nacer, en serio. Beaconsfield, los campos de beicon. A mí me molaría nacer en un sitio que se llame así, joder. Decir que has nacido en Madrid te convierte en urbanita, pero decir que has nacido en los campos de beicon augura una vida genial.

Y total, que se ha muerto uno de mis escritores preferidos, aunque a penas lleve un año leyéndole. Eso sí, van 32 libros suyos desde verano. El señor Pratchett, que imagino ahora se pondrá un poco más de moda como pasa siempre, ha sido junto con Neil Gaiman el mejor escritor de fantasía contemporáneo que he leído aunque en España haya sido poco popular.


En honor a la verdad debo decir que no me preocupé mucho por saber quién era Terry Pratchett hasta no haberme leído varios libros suyos. Fue entonces cuando me dije “¿cuántos libros de Mundodisco existen?” 40, la respuesta es 40. Y por lo visto escribió 66 libros, los mismos que años tenía.

Y es todo un logro, teniendo en cuenta que llevaba 8 años con Alzheimer. Joder, si es que el mundo es injusto de narices. O sea, el Alzheimer es una enfermedad que debería estar reservada para las personas nada creativas que se niegan a usar su imaginación, a la gente que nunca ha querido explorar nada nuevo. Es una mierda que alguien con una imaginación tan fabulosa y con una mente tan abierta tenga que  luchar contra una enfermedad que te priva de ella. Es muy injusto.


Total, que voy a recomendaros un par de libros suyos, por si ahora que se ha muerto queréis leer algo suyo para no quedar como unos ignorantes cuando lleguen los mismos que se leyeron a Tolkien cuando se pusieron de moda las pelis y os hablen de lo mucho que les mola Pratchett de toda la vida, desde siempre.

El primero es Buenos Presagios, escrita por Terry Pratchett y Neil Gaiman. Lo mejor de lo mejor en un solo libro. No hay que decir más. Todo el humor y la fantasía más original que pueden ser comprimidas en páginas en un mismo libro.


El siguiente es Ritos Iguales, de la saga Mundodisco. Quizá sea el más importante, porque marca el momento en que sus libros dejan de ser parodias geniales de otros (Conan, El señor de los anillos, etc.) y comienza a creerse el propio mundo maravilloso que termina siendo en el que refleja nuestros problemas cotidianos, en este caso la desigualdad entre sexos. (Equal Rites, en inglés suena igual que equal rights, igualdad de derechos).


Hasta siempre, señor Pratchett.

Más: Anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Mundodisco

jueves, 12 de marzo de 2015



Vale, tenéis que leer esto. Me ha vuelto a pasar algo muy extraño. Ya he hablado anteriormente (aquí) de que tengo un imán para la gente rara. En serio, parias de todas las etnias y clases sociales se me acercan para dar comienzo a una serie de estrambóticas aventuras que estoy seguro que no os creeréis porque parecen sacadas de una comedia de cine. Pero me pasan, os lo juro.

Antes de empezar la historia os tengo que poner en contexto: Mi coche es una cafetera blanca con 17 años, de 3ª mano, 300000 kilómetros, golpes, abollones, y en general es un milagro andante sobre rudas.

Y total, que ahí estaba yo, es decir Holden. Acababa de aparcar mi coche en una de las callejuelas más sórdidas de Carabanchel cerca de la cual tenía que hacerme unas pruebas médicas, cuando un tipo de lo más peculiar se me acercó. A partir de ahora le llamaremos señor Pescadilla por motivos que más adelante serán explicados.

Me bajo del coche, decía, cuando el señor Pescadilla (una especie de señor Miyagi a la española, bastante vejete y bajito) se me acerca y me dice:

-Dime cuanto quieres por tu coche que te lo pago ahora mismo, en el acto.- Así tal cual empezó la conversación.

Yo le dije que 100000 euros, y ya me explicó que se refería a una cantidad real, que de verdad estaba dispuesto a comprarme el coche en ese momento. Total, que tuve que insistirle (bastante, insistí bastante) en que ahora mismo no estoy en una situación económica que me permita comprarme otro coche cómodamente y que no estoy interesado en venderlo. 

Aún así le pedí que me diera su teléfono para más adelante, ya que parecía realmente interesado en adquirir una birria con ruedas. ¿Quién soy yo para juzgarle?

Total, que va el señor Pescadilla, se hurga en los bolsillos y saca 7 teléfonos móviles (los conté), elige cuidadosamente uno, le da la vuelta (dónde tenía una pegatina con el nº de ese tfn) y me lo dicta. No creáis que no guardé su número, por cierto. 

Y acto seguido se pone a explicarme que le gusta vivir la vida al máximo, y que por esa razón practica 7 artes marciales diferentes (¿tendrá alguna manía con el número 7?) , no me especifica cuales, y que esa es la razón de que posea una agilidad proverbial. 

Así que para demostrármelo se pone a hacer movimientos y contorsiones muy extrañas, incluso antinaturales. O sea, que va el fulano y se dobla el brazo a la altura del bíceps. Entended bien esto: ni por el codo ni por el hombro, va y lo dobla entre medias. Y claro, al ver mi cara empieza a reírse:

-Es que no tengo hueso aquí, me falta por un defecto de nacimiento.- explicó. -No es mentira, toca, toca.- me dijo ofreciéndome el brazo.


Y claro, yo flipando voy y le aprieto el brazo a la altura del bíceps y joder era verdad. O sea, estaba blandito y podía aplastar el brazo, casi podía notar mis dedos al otro lado del brazo. Pero lo importante del asunto es que tenía fuerza en ese brazo, porque hasta que me lo dijo tenía un bastón en esa mano, y lo movía y se lo cambiaba de manos. En serio, tengo un imán para esta gente

En fin, que nos vamos a despedir y me dice que jamás me olvidaré de su apellido, que es muy particular y que todo el mundo lo recuerda. Yo, intrigado, le pregunté cuál es. Pues bien, no es exactamente el señor Pescadilla, pero casi. Vaya, estoy protegiendo su anonimato, pero podéis creerme cuando os digo que no me voy a olvidar nunca de él. 

Y cuando ya me estaba largando, me dice que lo mejor sería que me diera también el número de su casa, que no suele estar pendiente del móvil. De ninguno de los 7, imagino. Me da el número de su casa y se despide diciéndome:

-Bueno, pero a mi casa no me llames en una temporada, ¿eh? Que es que me la ha quemado un vecino y ahora no estoy viviendo ahí.

Flipante, ¿verdad? Esta es una historia real que me ocurrió el jueves pasado. No me la ha contado el primo de un amigo que conocí en el bar, os prometo que esto me ocurrió hace una semana.  Me ha dado una buena historia para reírme mientras me tomo unas cervezas en el bar, eso sí. Y cuando me quiera deshacer del coche pienso llamarle fijo. 

Más: Anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Freak Inside

miércoles, 4 de marzo de 2015

En esta vida que nos toca vivir existen cosas tóxicas y venenosas que se contagian peor que una gripe en una residencia de ancianos, eso lo sabemos todos. Me estoy refiriendo principalmente a elementos provenientes de la televisión o la literatura, ajenos a nosotros, que se acoplan a nuestra vida diaria alterándola para siempre y de manera irremediable.

Yo, que me he esforzado con ahínco y con tesón durante toda mi vida en ser una persona independiente, con mucho carácter y una enorme personalidad muy definida, he sido mudo testigo de algunas de estas epidemias: el corte de mangas secreto entre Ross y Mónica en Friends a lo largo de los 90, niños intentando imitar la catapulta infernal de los gemelos Derrick de Oliver y Benji…


Y los gin tonic. Joder con los gin tonics. Dejé (prácticamente) de beber alcohol duro a los 22 años por que decidí que en realidad no me gustaba y que pasaba de beber esa mierda sólo por motivos sociales. Desde entonces sólo cerveza, vino y mi plato fuerte ocasional: crema de licor.

Pero es que hasta los 22 años yo era el rarito de la ginebra (con limón). Las chicas bebían vodka y los chicos ron o whisky. Luego las chicas se pasaron a una porquería peor que el vodka, el vodka de mora, aunque ese es otro tema. Pero es que ahora, todo el puto mundo bebe gin tonics como si les fuera la vida en ello. Y no sólo los beben: se han convertido en putos expertos en su elaboración añadiéndoles clavo, pepino y demás historias. En fin.

A lo que íbamos… hay cosas que se ponen de moda, y otras que se nos pegan y se vuelven parte de nosotros mismos, de nuestro día a día (¿Qué pasa Nen?). Y puedo aseguraros que nunca en toda mi vida había visto nada tan tóxico como Rigby y Mordecai, los protagonistas de Historias Corrientes (Regular Show para los post-modernitos que sólo ven series en  versión original con comentarios de Paulo Coelho).


Esta simpática pareja que lo hacen todo juntos son lo más gamberro y lo más casposo de la historia sin llegar a ser zafios ni groseros en ningún momento, en serio, son simple y llanamente lo peor. 100% sentido del humor absurdo basado en gran medida a sus bromas privadas, que son lo realmente tóxico y pegadizo de la serie. 

Y es que, si uno lo piensa bien, los mejores momentos con los amigos íntimos de toda la vida siempre están rodeados de esas bromitas privadas que sólo se entienden con una complicidad trabajada a lo largo de muchos años. Y esta serie tiene muchos, y son brutales, y te dan muchas ganas de imitarlos, y luego nadie te entiende y te llaman raro. Voy a ellas con mini videos de 3 segundos, dadles una oportunidad:

El Ooooooohh de cuando algo les sale bien, de cuando le dan un gran corte a alguien, o de cuando quieren celebrar algo. 



El hmph hmph como máximo exponente de comunicación no verbal que significa que se están pensando lo mismo sin decirlo, que también lo usan cuando se desafían el uno al otro.



La frustración. Oh, sí. La frustración en su máxima expresión.  Y ya sabéis, si rima es que es verdad.



Así que ya sabéis: si por casualidad le dais una oportunidad y empezáis a ver historias corrientes y NO imitáis a Rigby y a Mordecai, lo más seguro es que no tengáis alma. Dicho queda. 

Más: Anteriormente en Lafabulosagallinadegoma, Defina esa afirmación