lunes, 21 de julio de 2014



En serio: lo soy. No es que lo diga yo, es que lo dicen todos los que me conocen. Soy de esas peronas a las que, si no eres un tarado de primera, jamás putearías porque dices “no hombre, a Holden, no. ¿Cómo voy a hacerle eso a Holden?" Y para demostrar lo que digo, voy a contar una anécdota de hace un par de días.

Una de las cosas que me caracterizan es mi flema: esa tranquilidad y sangre fría frente a las situaciones de tensión que te permiten no alterarte y pensar las cosas con calma antes de actuar, por muy acuciante que sea la situación. Si alguien había pensado en mucosidades esputadas por vía oral, que sepa que yo no me he referido a esa flema en ningún momento.

Total, que estaba yo conduciendo con la tranquilidad y parsimonia que me caracterizan cuando un motero comenzó a pitarme con alevosía, premeditación, y lo que es peor: insistencia. Yo, que no sabía que quería, le hacía gestos preocupado pensando que podía estar indicándome que tenía un faro fundido o algo así, pero al ver que él persistía en sus gestos y actitud, detuve el coche con la absoluta y total convicción de que al motero le pasaba algo, necesitaba mi ayuda, sólo yo podía salvarle de una muerte segura.

Total, que paré el vehículo. Si, señores, eso hice. Y daba la casualidad de que era una vía con un solo carril en dos direcciones, por lo que el motero tuvo que parar detrás de mí. Así que me bajé y me dirigí a él, insisto en que con mis mejores intenciones de buen samaritano, y le pregunté con toda mi solidaridad: 

-¿le pasa algo?
-N-no, nada.- titubeó confuso.
-¿Entonces porqué pita tanto y me hace gestos?
-No, bueno, verá, es que creí que no iba a poner los intermitente antes y…

Y de pronto comprendí. La sabiduría infinita del universo iluminó mi mente con la clara y perfecta idea de lo que ocurría. Aquel idiota, un conductor agresivo con toda seguridad, intentaba desahogar sus frustraciones y problemas cotidianos mediante insultos y cortes de mangas con un desconocido, y desde luego no se esperaba que el desconocido se bajara.

 Y claro, el no concía mis buenas intenciones. Él debió suponer que yo era un macarra conflictivo típico, quizá por mi cabeza rapada, mis vaqueros y mis botas a pesar de los 38 grados que nos caían encima. Y naturalmente, al ver que me bajaba del coche e iba a por él, se cagó en los pantalones.

-¿Me está diciendo que lleva 100 metros pitándome y haciéndome gestos porque quería adelantarme por la derecha y no se atrevía porque yo no había señalizado aún la dirección que pensaba tomar en el cruce?- le dije visiblemente molesto, ahora que ya sabía sus intenciones.

-Si, yo, er… umm, lo siento, no quería hacerle bajar del coche.-

-Ya. Más calma la próxima vez, ¿eh?- dije mientras volvía a mi automóvil. 

Esta es una historia real, lo prometo. Supongo que la moraleja es: No permitas que tu ego extienda cheques que luego no estés dispuesto a pagar.

sábado, 5 de julio de 2014


Hace un par de semanas estuve en la (¿o se dice él? No lo tengo nada claro) Survival Zombie organizada en el toledano pueblo de Olías del Rey, y la experiencia allí resultó tan divertida como esperábamos.

¿Quées una Survival Zombie? Siendo breve, una combinación que mezcla zombies y juegos de nuestra infancia. Una especie de yincana con más 50 pruebas que tienes que buscar y resolver tu mismo y que conforman una historia para poder “pasarte” el juego, combinado con un pilla-pilla en el que los atrapados son maquillados (realmente bien maquillados) como zombies y se dedican a intentar hacer la vida imposible a los supervivientes el resto de la noche. Yo tampoco sabía lo que era hasta que fui, la verdad. 



Y no sólo fui, sino que además quedé entre los 22 (de más de 1000 participantes) que llegaron hasta el final del juego con la última prueba resuelta. En este tipo de eventos suele haber premio para los primeros, en este caso un paseo en helicóptero, sin embargo era sólo para los 11 que llegasen antes, entre los cuáles yo no me encontraba. 

Y como no podía ser de otra manera me llevé la cámara para hacer un pequeño vídeo que, la verdad, creo que ha quedado bastante chulo teniendo en cuenta la oscuridad, lo poco que grabé, y tal. ¿Qué os parece? 

 PD: Si os animáis a ir a una Survival zombie, sabed que es más divertido ir a hacer todas las pruebas aunque os pillen, que ir a ganar y sobrevivir a toda costa. Un consejo de veterano.