lunes, 25 de abril de 2011

A veces tengo miedo de que nuestro coche vaya lo suficientemente rápido como para estrellarse. A veces me imagino no mejorando mi empleo y a ti con un trabajo estupendo, tan bien colocada que te avergüences de mí, porque me aterra no dar la talla o no ser lo suficientemente bueno. En esas ocasiones pienso que el día que no esté a la altura, podría derrumbarme tanto que tú no quieras ni intentar tirar de mí, y es entonces cuando me doy cuenta de que ese es mi mayor miedo.

Me he embarcado en algo muy grande, y muy duradero. Quizá en lo más complicado que haya hecho nunca, y aunque sé que lo estoy haciendo bien y que debería sentirme afortunado, a veces se hace difícil. Muy poquitas veces me pasa que soy incapaz de ver nada bueno en lo que hago, y en esas ocasiones me asusto como un cachorrito. Pero entonces me doy cuenta de que ese no soy yo, y me enfado. Yo no soy el cachorro que se queda al amparo de la madre en la madriguera, yo soy aquel que sale al exterior por su propia cuenta. Y después me invade una especie de euforia difícil de explicar que me hace sentirme a un paso de saltar al vacío, sabiendo que voy a avanzar pase lo que pase, y que voy a soportar la caída. Y que voy a levantarme y a seguir el camino que he elegido hasta el final, me lleve a dónde me lleve. Y ya no me importa a qué velocidad vaya el coche, ni lo dura que sea la carretera, porque sé que siempre vas a ser mi copiloto.

martes, 5 de abril de 2011

"A mí nada me importa lo bastante como para pasarme una hora buscándolo. Quizá por eso sea un poco cobarde. No se debe ser cobarde en absoluto, ni poco ni mucho. Si llega el momento de romperle a uno la cara, hay que hacerlo. Lo que me pasa es que yo no sirvo para esas cosas. Prefiero tirar a un tío por la ventana o cortarle la cabeza a hachazos, que pegarle un puñetazo en la mandíbula."


Otra cita de "El guardián entre el centeno", que es sin lugar a dudas mi novela favorita. Lo simpático del asunto es que me identifico con el protagonista, Holden, en prácticamente todo. Como apunte, parece ser que entre los psicópatas (me refiero a quienes padecen esta enfermedad, no a los asesinos en serie, que la gente tiende a confundirles) es un libro de lo más popular.